La pareja criminal de lesa humanidad, Daniel Ortega y Rosario Murillo, continúan destronando eternos funcionarios de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que han sido leales a la dictadura desde que asumieron el poder desde 2007.
En esta ocasión fue descabezado al administrador general interino, Pablo Corea, quien no permaneció mucho tiempo en el cargo desde que fue despedido y detenido Berman Martínez.
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Corea ocupaba uno de los cargos de mayor importancia y poder dentro de esta institución, después del Consejo Nacional de Administración y Carrera Judicial que está conformado por 4 Magistrados de la Corte.
El ahora despedido fue un paramilitar al servicio de la dictadura sandinista que participó en el derramamiento de sangre inocente en las protestas antigubernamentales de abril de 2018; por lo tanto, no le sirvió de nada haberse manchado las manos de sangre porque solo es un títere más del régimen.
Otros despidos
Entre los despidos también se encuentra Sergio Lazo, un exmilitar quien fue secretario de una de las Unidad de Victorias Electorales (UVE) y responsable de la División de Administración de Personal a nivel nacional.
Lazo, manejaba a mucho personal que las utilizó para espionaje en contra de opositores a quienes denunciaba por solo dar like a alguna publicación en contra de la dictadura.
En la lista de defenestrados también se encuentra la magistrada sandinista Yadira Centeno; la magistrada Adda Benicia Vanegas Ramos, sobrina de la desalojada presidenta del poder judicial Alba Luz Ramos, entre otros.
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Según medios nacionales, casi 70 empleados públicos han sido defenestrado de sus puesto, en su mayoría son familiares y amistades cercanas a la investigada Alba Luz Ramos.
