Los genocidas Daniel Ortega y Rosario Murillo intentan nuevamente controlar a toda costa a su militancia para evitar futuras deserciones o traiciones de estos, pues están siendo obligados a rellenar un formulario con toda su información detalla sobre su fidelidad y afinidad política.
El formulario llamada «ficha única de registro» solicita información detallada sobre su familia, historial partidario y político, afinidad política, historial de trabajo en los últimos 33 años, ubicación laboral actual, experiencia laboral, datos académicos y de formación, entre otros.
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También exige más información personal como el número de su núcleo familia como hijos y hermanos, y detallar si alguno de estos ha migrado a otros países. En este último deben de precisar cuándo migraron, cuánto tiempo llevan fuera, en qué país se encuentran, a qué se dedican y la afinidad política de estos. Ademas, solicitaron la documentación como cédula de identidad de todos estos.
La ficha de registro consta de cinco páginas y que obligatoriamente deben ser llenadas por todo empleado que trabaja en alguna institución del Estado, controlada o financiada por la pareja de dictadores. De negarse a firmar el cuestionarios, están sujetos a sanciones, siendo la más grave el despedido y señalado de traidor a la patria.
Con este cuestionario la dictadura sandinista intenta controlar a sus milicias y medir la fidelidad de sus contratados para evitar más traiciones de deserciones por debajo de la mesa.
La medición también ocurre en un contexto de despidos en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de funcionarios y magistrados que están siendo investigación por traición, entre ellos la descabezada presidenta de la institución, Alba Luz Ramos y su círculo cercano, así como sus más de una decena de familiares que laboraban en ese órgano del Estado.
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Los despidos han superado los un mil funcionarios desde el pasado mes.
