El sacerdote John I. Jenkins, quien es presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y presidente de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, manifestó ante la comunidad internacional que los dictadores sandinista «deben ser aislados» por «desaparecer las instituciones católicas, las libertades de culto y la libertad de expresión» en Nicaragua.
«…los esfuerzos de Daniel Ortega para extinguir el catolicismo en Nicaragua merece una condena global de forma más grande y a mayor escala que la actual», dijo el líder religioso.
Ante el intento de los dictadores sandinistas Daniel Ortega y Rosario Murillo de desaparecer la iglesia católica en Nicaragua, el sacerdote internacional manifestó que el régimen «debe ser aislado como un paria internacional por tratar de desaparecer las instituciones católicas, las libertades de culto y la libertad de expresión»
El líder religioso alegó que la iglesia católica de Nicaragua continúa siendo víctima «del odio expresado en violentos ataques en contra de las parroquias y sacerdotes, las confiscaciones de sus propiedades y el exilio forzado hasta la profanación del bendecido Sacramento por pandilleros con motivos políticos», como si se tratara de un castigo por su compromiso.