¿Quién causa tanta alegría? ¡La concepción de María!, es el grito que alzará la feligresía católica en medio de un abrupto asedio dictatorial la tarde de este 7 de diciembre.
Este 7 de diciembre llegó una de las tradiciones religiosas más esperada por los nicaragüenses, la llamada Purísima o Gritería, en la que los devotos alistan sus saquitos para salir a las calles a cantarle a la Virgen María en los altares decorativos de las personas de quienes la celebran.
Al son de marimbas y música alusiva a la virgencita es celebrada la madre de Jesús por cada uno de los milagros que ha hecho a los feligreses.
Su origen
Fue en 1857 que celebró por primera vez en el Barrio San Felipe de la ciudad de León, sin embargo, los granadinos reclaman que la tradición ya existía desde mucho antes en el año 1725, festejada en el templo San Francisco, Granada.
La fiesta de la Purísima Inmaculada Concepción de El Viejo, patrona de Nicaragua es celebrada con gran solemnidad iniciando un novenario el 28 de noviembre y concluyen el 6 de diciembre la cual conlleva a un derroche de pólvora, mismo día en el que se realiza el lavado de plata.
El 6 de diciembre es el día de la “Lavada de la Plata”, una tradición que se lleva a cabo en una misa en la que cuenta con la participación de los feligreses para limpiar con un paño impregnadas de agua con limón y bicarbonato las piezas de plata que conforman el Tesoro de la Virgen.
Durante la misa del “lavado de plata”, la patrona de Nicaragua es bajada de su camarín, mientras los fieles hacen filas para venerar la milagrosa imagen de la Virgen y pagar sus promesas por los favores recibidos.
Terminado el día de “lavado de plata”, el 7 de diciembre los nicaragüenses se desbordan en las calles para ir a las casas que tienen altares de la Patrona y cantarle. La Purísima es acompañada de cantos, pólvora, dulces y refrescos típicos.
Purísima en tiempos de dictadura
A partir de 2018 la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo le han declarado la guerra a la iglesia católica de Nicaragua al punto de cerrar organizaciones, medios de comunicación, el destierro y exilio de más de 200 sacerdotes y el encarcelamiento de un obispo, monseñor Rolando Álvarez.
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Como parte de la persecución política, el régimen prohibió a todas las parroquias del país realizar actividades religiosas previo a las fiestas marianas y la Gritería, una tradición religiosa en la que los feligreses salen a las calles de todo el país para cantarle a la virgencita dando gracias por todos sus favores.
Este mismo 7 de diciembre, los tiranos sandinistas anunciaron el «Plan Purísima» que será ejecutado por la Policía criminal de lesa humanidad, para asediar, vigilar, hostigar e intimidar, para evitar cualquier tipo de manifestación ciudadana similar o religiosa.