Al menos 200 personas murieron en Irán tras la detonación de cuatro bombas contra un grupo de ciudadanos que celebraban el cuarto aniversario del asesinato del terrorista Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de élite de la Guardia Revolucionaria, ultimado en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en 2020.
Aunque por el momento no han revelado los presuntos responsables del ataque, los líderes de Irán prometieron castigar a los responsables de las explosiones, que dejaron a cientos de heridos y que en su mayoría, se encuentran en estado crítico.
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Las explosiones ocurrieron cerca de su tumba de Soleimani, mientras largas filas de personas se reunían para el evento. Las detonaciones ocurrieron un día después del asesinato de número dos de la organización terrorista Hamás, Saleh al Arouri, en el Líbano, levantan las sospechas de la inteligencia iraní que el ataque puede provenir por parte de Israel.
Sin embargo, un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, dijo que los funcionarios estadounidenses «no tenían motivos» para creer que Israel estuviera involucrado en el ataque del miércoles a Irán.