La vicedictadora Rosario Murillo salió este mediodía para vociferar en contra de religiosos de la iglesia católica, pero mientras habla en nombre de Dios, mantiene en cautiverio a 18 sacerdotes nicaragüenses.
Durante su alocución este jueves, Murillo de la forma más cínica, dijo que en Nicaragua «no existe la persecución religiosa», sino sacerdotes privados de su libertad porque «algo hicieron». En referencia a esto, aseguró que en España, Chile, Estados Unidos y otros países, en normal la aprehensión de religiosos, pero no habló que estos casos es por algún delito común y no por expresar sus opiniones políticas.
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“En la vida, la fe o el arte la norma es que los individuos deben responder por sus actos ante la ley así sea en Roma o España. Sí en la España del querer hay 33 sacerdotes, no de lo bello que asoman en la cárcel y no por rezar el Ángelus al amanecer o en Estados Unidos o en Chile y nadie se asombra. Ah, pero si es en Nicaragua se rasgan la vestidura siempre sucede así”, escribió Murillo es su farisaico discurso.
«Falso que hay persecución religiosa. Si arrestan a un cura por algo será, eso no es persecución religiosa, por siglos han creado leyes hasta por encima del Rey de Reyes», dijo la número dos del régimen.
Murillo insinuó que los sacerdotes encarcelados están siendo judicializados como cualquier individuo, porque «porque ninguno es más que otro». «Si capturan a un tejedor de hamacas por X o Y cosa, por falta de balandrán, no ladrarán, no dirán ‘hay persecución a la artesanía preciosa’», ejemplificó.
«Los tejedores no se creen por arriba de nadie y ni por debajo, trabajadores son, no piden, no viven de dádivas, para traban hamacas, no ataques contra la patria que amamos», añadió.
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Este mismo ejemplo dio sobre médicos, profesores y artistas a los que según, ninguno ha denunciado que hay persecución contra esos sectores; sin embargo, esta es una mentira de Murillo, pues médicos, artistas musicales y personas que se dedican al magisterio, han sido objeto de hostigamientos y encarcelamiento por actuar o hablar en contra de las prohibiciones establecidas por la pareja criminal de lesa humanidad durante y después de las protestas de abril de 2018.