Como una «negociación difícil» calificó la liberación de 19 sacerdotes nicaragüenses el Canciller del Vaticano, arzobispo Paul Gallagher, dijo el jerarca en una conferencia de prensa sobre los 200 años de la muerte del cardenal Ercole Consalvi, un símbolo de la diplomacia vaticana.
Lograr la libertad de los religiosos fue resultado de un “diálogo franco, directo y prudente” entre los criminales de lesa humanidad y la Santa Sede, pero “no fue fácil” para las autoridades eclesiásticas, aseguró.
Para el alto funcionario vaticano, la liberación de los religiosos era una «misión imposible» en Nicaragua, sin embargo, el destierro forzado fue la única “solución” que encontrar para librar de las garras del régimen sandinista a todos los sacerdotes obispos y seminarista detenidos por razones políticas.
Mientras el Vaticano califica de «difícil» liberar a los cautivos, los dictadores sandinistas Daniel Ortega y Rosario Murillo afirmaron mediante un comunicado que esta acción de «buena voluntad» abre paso a la supuesta renovación de lazos diplomáticos entre la santa sede y el régimen criminal.