De la forma más farisaica, el exguerrillero y presidente comunista de Colombia, Gustavo Petro ofreció al Papa Francisco su disposición para mediar en una posible negociación con la dictadura sandinista para interceder por el cese de la persecución religiosa en el país.
Petro viajó este viernes a Roma para sostener un encuentro con el Sumo Pontífice para solicitar su intercesión para firmar un acuerdo de paz entre las milicias armadas y el gobierno que han causado caos y violencia en el país. Al mismo tiempo, aprovechó para expresarle sus intensiones de querer apoyar un diálogo entre el Vaticano y Nicaragua, para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas Iglesia-Estado.
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“Hablamos del tema nicaragüense, Colombia puede poner sus buenos oficios en un tema de altercado que hubo muy profundo”, planteó Petro a medios de comunicación.
En ese sentido, Petro sugirió que el encuentro con funcionarios de la dictadura para tratar temas sobre la delimitación territorial del Mar Caribe, como lo dispone la Corte Internacional de Justicia, es una gran oportunidad hablar sobre temas sociopolíticos con Nicaragua, como la persecución religiosa.
«Allí hay una oportunidad para hablar de otros temas. Indudablemente a mí me gustaría que hubiera una normalización de la actividad religiosa dentro de Nicaragua. Es un tema que vamos a hablar», aseguró.
Mientras Petro habla de forma farisaica para supuestamente interceder para el cese de la persecución religiosa en Nicaragua, lo cierto, es que desde que llegó el poder, el mandatario comunista nunca ha condenado los crímenes, los ataques y las violaciones de derechos humanos cometidos por los Ortega Murillo contra opositores y religiosos de la iglesia católica.