1. «El juez donó dinero… en clara violación de una regla que prohíbe a los jueces de Nueva York hacer donaciones políticas, a una operación política pro-Biden y anti-Trump».
2. Alvin Bragg se jactó durante la campaña electoral en un condado abrumadoramente demócrata: “Es un hecho que he demandado a Trump más de 100 veces”.
3. «Lo más importante es que los cargos del fiscal del distrito contra Trump traspasan los límites de la ley y el debido proceso».
4. «Los cargos contra Trump son oscuros y casi sin precedentes. De hecho, ningún fiscal estatal, ni en Nueva York, ni en Wyoming, ni en ningún otro lugar, ha acusado jamás las leyes electorales federales como un delito estatal directo o predicado, contra nadie, por nada. Ninguno.
5. El fiscal del distrito infló los delitos menores más allá del plazo de prescripción y los «devolvió a la vida con electrochoques» al alegar que la falsificación de registros comerciales se cometió «con la intención de cometer otro delito».
6. «Inexcusablemente, el fiscal del distrito se negó a especificar cuáles eran realmente esos medios ilegales, y el juez se negó a obligarlos a pagar, hasta justo antes de los argumentos finales. Hasta aquí la obligación constitucional de notificar al acusado las acusaciones contra él antes del juicio.»
7. «En estos aspectos clave, los cargos contra Trump no son sólo inusuales. Están hechos a medida, aparentemente elaborados individualmente para el expresidente y para nadie más».
8. «Según se informa, los empleados del fiscal del distrito de Manhattan han llamado a esto el “Caso Zombi” debido a varias debilidades legales, incluido su extraño mecanismo de acusación. Pero es mejor caracterizarlo como el Caso Frankenstein, improvisado con partes que no encajan bien en un caso feo, incómodo y pero un artilugio más o menos funcional que en última instancia podría volverse contra su creador».
