Mientras que el régimen de Daniel Ortega encarcelan a sacerdotes católicos y los destierra a otros países, sus hijos , nietos, nueras y yernos visitan los templos religiosos y hacen parte de las consagraciones.
El régimen también mantiene una presión económica contra las iglesias católicas al extremo de cancelar los números de cuentas y dejar sin ingresos a los templos.