Kimberly Cheatle, ante un grupo de representantes, reconoció que el atentado contra el candidato republicano es “el fracaso operativo más significativo” de la agencia de seguridad en décadas.
En declaraciones ante una audiencia en la Cámara de Representantes, la directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, reconoció que “el intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio es el fracaso operativo más importante del Servicio Secreto en décadas”.
En medio de cuestionamientos sobre informes que indicarían que la organización negó peticiones de aumentar los recursos de seguridad para el candidato republicano, y no solo en campaña, sino desde hace dos años, la funcionaria aseguró que “había una cantidad suficiente de agentes asignados” para protegerlo el día del mitin en el que salió herido en Pensilvania, aunque se negó a dar una cifra específica.
“Acepto la responsabilidad de esta tragedia”, comentó la directora en el momento en el que le preguntaron qué salió mal antes del tiroteo. De hecho, tras confirmar que el pistolero fue identificado como sospechoso antes de que Trump subiera al escenario, se le cuestionó por qué la agencia federal le permitió al republicano subirse a la tarima. Es decir, aunque asumió su parte en los hechos, permitiendo que Thomas Matthew Crooks, de 20 años, se acercara lo suficiente para abrir fuego contra el expresidente, dio pocos detalles nuevos sobre las fallas en las que incurrió la agencia.
Remitiéndose a citar que la investigación está en curso, varios republicanos mostraron inconformismo ante su declaración. Por ejemplo, el representante de Ohio, Mike Turner, además de pedirle a Joe Biden que la despida si ella antes no renuncia, comentó: “Como Donald Trump está vivo, y gracias a Dios que lo está, pareces incompetente. Si él hubiera muerto, parecerías culpable”. Michael Cloud, republicano por Texas, se sumó a dichos reclamos: “Usted está a cargo de la investigación de su propio fracaso. Entonces, ¿cómo se supone que alguien en Estados Unidos pueda confiar en que los resultados de la investigación sean transparentes y genuinos?”.
Cheatle, en respuesta, dijo que tendrá más argumentos en un futuro: “Le aseguro a este comité que daré respuestas cuando tengamos un informe completo”. Por ahora se sabe que el Departamento de Seguridad Nacional indicó que un grupo bipartidista de expertos realizará una revisión independiente de lo sucedido. En paralelo, varios demócratas presentes en la sala discutieron sobre el tema de la proliferación de armas y la violencia armada en Estados Unidos. Algunos se unieron a los pedidos republicanos de que la funcionaria renuncie a su cargo.
Las quejas no cesaron en el recinto. El representante republicano por Kentucky, James R. Comer, presidente del comité de supervisión, dijo que el Servicio Secreto se había convertido en el “rostro de la incompetencia”. Jim Jordan, representante de Ohio, acusó a la agencia de “tomar atajos”. Aunque el Servicio Secreto reconoció el sábado que había rechazado solicitudes de recursos federales adicionales realizadas por el equipo de seguridad de Trump, Cheatle, desde el Capitolio, agregó que “para el evento en Butler, Pensilvania, no hubo solicitudes que fueran rechazadas”.